El término 'Software Libre' hace referencia a una cuestión de libertad, no de precio. Para entender el concepto, debes pensar en 'libre' como en 'libertad de expresión', no como en 'gratis'. Esta confusión es debida a que en inglés la misma palabra (free) significa tanto libre como gratis, pero hace referencia a la libertad de los usuarios para poder ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. De modo más preciso, se refiere a cuatro libertades de los usuarios del software:
Un programa es Software Libre si los usuarios tienen todas estas libertades. Así pues, deberías tener la libertad de distribuir copias, con o sin modificaciones, gratis o cobrando una cantidad por la distribución, a cualquier persona y a cualquier lugar. El ser libre de hacer ésto significa, entre otras cosas, que no tienes que pedir o pagar permisos. Para que estas libertades sean reales deben ser irrevocables mientras no hagas nada incorrecto; si el desarrollador del software tiene el poder de revocar la licencia aunque no le hayas dado motivos, el software no es libre.
Son aceptables, sin embargo, ciertos tipos de reglas sobre la manera de distribuir software libre, mientras no entren en conflicto con las libertades centrales. Por ejemplo, copyleft es la regla que implica que, cuando se redistribuya el programa, no se pueden agregar restricciones para denegar a otras personas las libertades centrales. Esta regla no entra en conflicto con las libertades centrales, sino que más bien las protege. 'Software Libre' no significa 'No Comercial'. Un programa libre debe estar disponible para uso comercial, desarrollo comercial y distribución comercial. El desarrollo comercial del Software Libre ha dejado de ser inusual; el software comercial libre es muy importante.
Imagina por un momento que un programa es igual que una receta de cocina. Es muy habitual que los cocineros compartan, copien y cambien los ingredientes de las recetas a su gusto. Es más, no es obligatorio usar la receta sin cambios. También pueden hacer copias para sus amigos. Así pues, imagina por un momento que de repente el que cambia o copia la receta es un pirata. No es verdad. Ser piratas es atacar naves y es malo, pero compartir recetas, o programas, es bueno.